El periódico
The Age informa que el
"Departamento de Salud [de Australia]
le dijo a ejecutivos que el teatro [en el que se presentará
Cursed Child]
solo tenía permitido abrir al 50 por ciento de su capacidad" a pesar de que originalmente se tenía programado permitir que el teatro se llenara al 75% de su capacidad real. The Age también asegura que el equipo de la obra pottérica
"ha estado llamando a invitados VIP pidiéndo que renuncien a sus boletos con tal de no aplastar las esperanzas de consumidores que pagaron" por ver funciones previamente canceladas, ya que algunos de ellos
"tienen esperando para usar sus boletos desde marzo del año pasado." En total,
"más de 500 boletos fueron afectados" por la reducción de capacidad de la puesta en escena.
El cambio de capacidad parece ser una medida tomada por el Departamento de Salud de Australia para combatir el avance de la pandemia de COVID-19 en la zona de Melbourne, en la cual se presentará la obra. La ciudad de Melbourne acaba de pasar por
una orden de confinamiento que detuvo los ensayos del elenco de
Harry Potter and the Cursed Child Australia durante una semana. Aún así, cuando terminó el confinamiento local, el equipo australiano de
Cursed Child estaba tan seguro de que podría mantener intactos sus planes que su productor incluso presumió que
otros productores le estaban pidiendo consejos sobre como reanudar presentaciones en otras partes del mundo.