Mañana, jueves 13 de diciembre, llega a todos los cines de Argentina Aquaman, la nueva película de DC Films y gracias a Warner Bros Argentina, Zona Muggle tuvo la oportunidad de verla hace varios días. Hoy tendrán la reseña/editorial escrita de la mano de Nati Beroiz y otra opinión más acerca de este nuevo film, en un video hecho por nuestra amiga de la casa, la booktuber argentina Anto Romano.
Cuando te sentas en la butaca del cine a ver una película de la cual no esperabas absolutamente nada (con la ayuda previa de haber solo visto el primer trailer), pero te terminas encontrando con un producto final totalmente sorprendente, es el momento adecuado para dar marcha atrás. Analizar un poco el panorama de las películas de DC y hacer un juicio de valor acerca de las últimas decisiones tomadas y del nuevo sendero que está empezando a recorrer este mundo que nació en los cómics.
Es inevitable recordar las decepciones que trajeron algunos de los superhéroes más importantes de DC como por ejemplo en Batman vs Superman (2016, Zack Snyder) e incluso los villanos más esperados que saltaron a la pantalla grande en conjunto con Suicide Squad (2016, David Ayer). En estos films encontramos notorias escenas cortadas (mal cortadas) y a su vez desenlaces de las diversas narraciones que terminaron quedando perdidas en un limbo. Mucho se habló de las decisiones que pudieron haber causado tales modificaciones, ya que en teoría los productos originales eran diferentes, pero nunca se llegó a una sola conclusión, causando un sin fin de hipótesis por parte de los medios y los fans.
Cuando llegó el estelar de Gal Gadot en Wonder Woman (2017, Patty Jenkins) fue obligatorio pensar que por fin había llegado la vuelta de tuerca que DC necesitaba. La salvación de la mano de esta guerrera amazona no solo vino acompañada por un buen guión y una escenografía soñada, sino que además las actuaciones y transiciones fueron acordes a la historia, no dejando lugar a baches sueltos. Sin embargo la felicidad duró poco. La liga de la justicia llegó tan solo unos meses después que WW, nuevamente de la mano del director norteamericano Zack Snyder a pesar de que tuvo que abandonar el proyecto a la mitad de camino por problemas personales. El reemplazo fue Joss Whedon, quien había sido parte del universo de Marvel, pero así y todo no llegó a contentar a los fans de la liga, presentando un producto en donde se notaba demasiado la mano de Snyder por un lado y la mando de Whedon por otro, no logrando así una unión conforme entre ambos directores.
Sin fin de rumores acerca de la salida de Ben Affleck y Henry Cavill de este universo comiquero llegaron en los últimos meses. Por lo que las ansias por el arribo en los cines de Aquaman fueron un poco opacadas a raíz del peligro de la continuidad de esta camada de superhéroes. No obstante, el rey ha llegado y tiene toda la intención de quedarse por mucho tiempo. Anteriormente vimos un poco de Jason Momoa en la piel de Arthur Curry en La liga de la justicia. Ahora con su película en solitario es momento de aprovechar cada segundo para conocer no solo su historia sino también aquella de donde proviene su extraño poder.
Aquaman es un film de casi dos horas y media que se toma el tiempo necesario para presentar a Atlanna (Nicole Kidman), a Thomas Curry (Temuera Morrison) y al fruto de su relación complicada: Arthur (Jason Momoa). Hasta el momento el hijo de Atlanna dividía su tiempo entre la tierra y el agua, defendiendo a aquellos que lo necesitaban y ajusticiando a aquellos que obraban erróneamente. No tenía interés alguno en interceder activamente en la vida subacuática hasta que se entera que su medio hermano Orm Marius (Patrick Wilson) está haciendo todos los movimientos necesarios en su tablero de ajedrez, para ser el Maestro del Océano y además declararle la guerra a la raza humana. Sin embargo, Orm no será la única preocupación de Arthur. Aquaman deberá recordar el entrenamiento de su juventud en manos de Vulko (Willem Dafoe) para convertirse en un digno rival, mientras que tendrá que enfrentarse a un enemigo del pasado que quiere su fin: Black Manta (Yahya Abdul-Mateen II).
La película tantea con ser de una duración extensa, pero francamente se desenvuelve de una forma muy bien elaborada, dinámica y atractiva para el espectador. La narración no se torna aburrida ni lenta y las escenas de acción le ponen la cuota de violencia en su medida justa. Los flashbacks son menos de los que esperaba y hasta te dejan con intriga de saber más acerca del joven Arthur. Es sorprendente lo bien que están armadas las escenas debajo del agua. Los efectos especiales están logrados de una manera aceptable aunque debo confesar que me sorprendió lo tecnológica que resultó ser Atlantis, hasta en algunos momentos me sentía mirando un capítulo de Futurama, cuando me hubiera gustado ver algo un poco más mitológico y antagónico.
El lugar que se le da a Atlanna (Kidman) y a Mera (Amber Heard) es digno de mencionar, no son simples acompañantes de Arthur, son guerreras con todas las letras. Mujeres poderosas que valen por sí solas sin la necesidad de ningún hombre y que tranquilamente podrían formar un muy buen trío junto a Diana. Las escenas que tienen cada una de ellas son excelentes para los fans del poder femenino y me pone feliz como espectadora y lectora de cómics (que muchas veces fue menospreciada por vendedores machistas) ver mujeres que pisan fuerte en esta clase de films.
Aquaman definitivamente es el superhéroe que no sabíamos que necesitábamos, pero que ahora no queremos dejar ir. Jason le da una cuota de humor y seriedad, haciendo del personaje completamente suyo. Es imposible no sentir empatía por esta interpretación que supera las expectativas.
Es inevitable pensar que Aquaman se parece un poco más a un film de la trayectoria del MCU que a DC Films, comparación para nada negativa y que viene ligada a la mano de James Wan, el director elegido para este film que tiene un historial muy relacionado al cine de terror (El conjuro, La monja, La noche del demonio, por ejemplo). Wan armó la versión de un producto que aparentaba no poder sobrevivir por sí solo y que sorprendentemente todas su corazonadas hicieron una joyita que está muy cerca de ser tan buena como Mujer Maravilla de Gal Gadot.
No hay razón alguna para no ir a los cines a ver esta película.
Nati Beroiz
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